El sueño de un país perfecto, gobernado por los mejores políticos y la mejor administración, pasa por la cabeza de todos, y no nada más mexicanos, sino también alrededor del mundo. Es absurdo pensar en la perfección puesto a que este término es imaginario, es una simple falacia en la que todos quisiéramos vivir y ser parte de ella. Sin embargo, dentro de México, de nuestra nación, la idea de un gobierno perfecto dista mucho de la realidad, es más, la idea de un gobierno bueno también se aleja del momento en el que nos encontramos.
“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.“ Estas palabras de Winston Churchill son las que se tienen que empezar a sentir. El estadista debe saber manejar con afección, devoción y dedicación sus funciones. Debe de caracterizarse por si gestión y no por su nombre ni por sus promesas. Los grandes personajes son los que logran un cambio, no los que generan un problema.
Si bien algo se aprende de la historia, es de aprender de los aciertos, así como de los errores y mejorar. Creo que México, a pesar de recaer en muchos de ellos, a mejorado considerablemente año con año. Hoy, el mundo, y nuestro México, es un mundo donde lo económico es más importante que lo demás. Esto es un error muy común en la actualidad, puesto a que las sociedades y los ciudadanos seguirán buscando los procesos políticos viables capaces de producir mayores beneficios económicos y sociales. Entonces, si la sociedad cree que el sistema político es el responsable de su desarrollo económico, entonces esto repercute en gran escala en los valores políticos y su comportamiento.
A medida que la exigencia sea mayor, más notable será el fallo, y el descontento será general. Algo que la historia nos a enseñado es que el mexicano, en su naturaleza, espera a que las cosas sucedan y cuando no, el país se invade de pensamientos de gente molesta y con ganas de un cambio. Creo que un acierto en las molestias de la gente y en el mal funcionamiento del gobierno sería empezar a crear una ideología de metas por pasos. Generar de un objetivo chico, una meta grande. Coordinar bien los problemas y tomarse el tiempo de resolverlos excelentemente bien, hasta el más mínimo detalle. Y, puesto a que de lo que hablamos no es un negocio, sino las riendas de un país y de la vida de millones de personas que dependen de la buena toma de decisiones, esta ideología tiene que ser manejada por varias personas, atendiendo los problemas y las soluciones más acertadas para que el flujo de este país, día a día, esté en acenso.
“Un medio para comparar modelos políticos es la capacidad de rehacer una ciudadanía. Un problema que la mayoría de las naciones enfrenta, especialmente durante su infancia, es el de construir un sentimiento de nacionalismo. “ Algo muy acierto en el país del norte es sun nivel nacionalista, ahí, la gente lucha y defiende a su país con fervor; México no se queda atrás. Nuestro país tiene un profundo amor por sus raíces, pero no lucha lo suficiente por honrarlo y respetarlo. Creo que el nacionalismo es un motivante especial para hacer bien las cosas, un punto de apoyo para ejercer cada vez mejor tus acciones.
Parece difícil pensar que un cambio tan repentino llegará de un momento a otro, que México pasará de ser un país tercermundista a uno de élite. Sin embargo, por medio de la participación y el buen funcionamiento, podría dejar de serlo. Algo que en el país a parado mucho es la lucha continua de ideales, políticamente hablando, las disputas innecesarias entre partidos políticos, sus opositores y el pueblo que, lo único que consiguen, es alentar cada vez mas el progreso y vivir continuamente en un retroceso general. ¡Ya basta! Basta de culpar a los demás por los problemas ajenos, el mundo empieza con un cambio, y ese es un esfuerzo que cada quien lo tiene que ejercer.
Si cada persona realmente hiciera lo correcto, se dejara de un lado la corrupción y los políticos trabajaran juntos para el verdadero bienestar del país y no por sus propios intereses, podríamos trabajar en conjunto como sociedad para lograr que el país tenga un mayor crecimiento económico , político y cultural.
